Lluvia de IDEAS para bares, cafeterías y restaurantes.
La ‘Lluvia de ideas’ es una recolección de ideas para mejorar un negocio, en este caso un negocio de hostelería, como por ejemplo, un bar, una cafetería o un restaurante.
Los expertos le llaman ‘Brainstorming’ pero nosotros le llamaremos simplemente ‘Lluvia de ideas’, que también es correcto.
Antes de nada, aclaremos un concepto que crea confusiones:
Algunos confunden la ‘Lluvia de ideas’ con un ‘Gabinete de Crisis’. La primera diferencia es que la ‘Lluvia de ideas’ no tiene límite de tiempo y el ‘Gabinete de Crisis’ sí.
La lluvia de ideas es un ejercicio rutinario que va transcurriendo sin ninguna prisa a lo largo de la vida de un negocio, con el único fin de ir mejorando la rentabilidad de ese negocio, por ejemplo, de un restaurante.
El ‘Gabinete de Crisis’ en cambio, se practica cuando hay un problema en concreto. Se reúnen los responsables del negocio para resolver un problema con un tiempo muy limitado ya que normalmente es grave y urgente. Por ejemplo, cuando un cliente insatisfecho ha hecho unos comentarios muy negativos del restaurante y se han viralizado en las redes sociales, o difundido en los periódicos.
En cambio, la ‘Lluvia de ideas’ es un ejercicio creativo que forma parte del trabajo las 24 horas del día, no hay ningún límite de tiempo porque se basa en la inspiración. Las mejores ideas pueden surgir en cualquier momento y en los lugares más insospechados.
Vamos a ver cuáles son las peculiaridades de una buena ‘Lluvia de ideas’:
No se trata de pensar pocas ideas e intentar que sean muy buenas, sino lo contrario. Lo que buscamos es que sean ideas muy espontáneas y en una cantidad muy abundante.
Esto se hace de esta manera porque se produce el fenómeno de que entre las ideas más vulgares y extrañas, se encuentran las ideas más brillantes y poderosas. Digamos que es como buscar piedras preciosas, las cuales se encuentran dentro de rocas muy feas y sin ningún valor.
En la ‘Lluvia de ideas’ participan absolutamente todos los componentes del equipo de trabajo. Desde el propietario hasta el friegaplatos que lo contrataron hace 15 días.
Otra peculiaridad es que la ‘Lluvia de ideas’ no está jerarquizada, es decir, que todos los participantes tienen la misma relevancia, nadie está por encima de nadie.
También la ‘Lluvia de ideas’ debe estar siempre visible a todos los participantes. Esto es muy útil para no apuntar ideas repetidas. Una pizarra es un buen método.
Otra característica de la ´Lluvia de ideas’ es que no se admiten críticas ni burlas de una idea por muy rara que parezca. Ten en cuenta que las ideas locas y atrevidas suelen funcionar bastante bien, (si tienen un fundamento).
Si utilizamos una pizarra, cuando la pizarra está totalmente repleta de ideas, es el momento de analizar la ‘Lluvia de ideas’.
En el análisis deben estar presentes todos los participantes, se leen todas las ideas, se comentan, y se van descartando hasta que queden las propuestas que se consideren más brillantes. Por ejemplo, de 50 ideas pueden quedar perfectamente 2 ó 3, y esas 2 ó 3 ideas se analizan en profundidad, se desarrollan, y se llevan a práctica.
Después se borra todo y volvemos a empezar hasta rellenar la pizarra de nuevo, y así sucesivamente. (Llenar la pizarra de ideas puede llevar meses, no es algo frecuente).
En definitiva, es un ejercicio rutinario que se debería practicar durante toda la vida del restaurante, o del negocio en cuestión, no importa que sea un simple bar o cafetería.
Por último, es importante que cuando una idea sea elegida, puesta en práctica, y haya sido exitosa, el empleado que haya tenido esa idea le sea reconocido en público y recompensado de alguna forma. Una subida de sueldo… un día libre… un regalo… o lo que sea. Esto hace que los empleados valoren y participen más en la ‘Lluvia de ideas’.
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JUAN CARLOS LLABERÍA